Si a veces pareciera que diera la contra a la vida o al destino, que tomara el camino equivocado, y que soy terco e inmaduro, pero no es así (tal vez no del todo), sino que me guio por mis instintos, eso me pasa en todo, en mi trabajo con mucha frecuencia, y en demasía con las nuevas relaciones, y hasta incluso con mis convicciones políticas y religiosas, soy difícil de cambiar de decisión una vez que la he tomado, solo me preocupa lo que acontecerá una vez tomada mi decisión, analizo las consecuencias, tomo nota de las reacciones, estoy en un constante muestreo de datos para ver los destellos de causa y efecto.