Qué locura has hecho por amor?

Estábamos mi enamorada, su amiga, el enamorado de su amiga y yo en la playa Puerto Viejo, y entre panchos, cerveza y conversaciones me hacen esta pregunta: ¿Qué locura has hecho por amor?, y yo … me quede mudo pensando y tratando de recordar, mi mente no me daba respuestas, y dije : «nada», pero ahora ya luego de haber pasado años de aquel momento si recuerdo muchas locuras que hice por amor, aunque por desamor también.

 Supongo siempre fui orgulloso desde muy joven, por eso en ese momento que me hicieron la pregunta no atine a nada ya que seguro no lo consideré en ese momento importante contar o recordar alguna locura de amor.
Pero si que las tuve, y muchas!, lo que pasa que cuando estás en plena relación sentimental no eres de recordarlas fácilmente, solo cuando la relación esta en problemas o cuando ya paso un tiempo (bastante tiempo) recién atinas a recordarlas, y muchas veces te da risa, algo de nostalgia, o simplemente forma parte de las anécdotas en reuniones de amigos, o quien sabe a veces se la cuentas a tu siguiente enamorada, ya sea vanagloriándote de tal cosa o sino al final no se la cuentas a nadie y simplemente lo tienes de recuerdo como trofeo sentimental de guerra, a que no van a negarlo que en alguno de estos casos se les movió el corazón.

Pues bueno, hice muchas locuras, las cuales tienen diferentes categorías, algunas pueden ser catalogadas de costumbres, pero mientras fuera algo que difícilmente te lo veas volviendo a hacer por alguien, pues eso es una locura.

LA ESPERA DE 5 HORAS
Me recuerdo esperando más de 5 horas afuera del trabajo de mi pareja, espere y espere que arqueen la caja, una vez me toco esperar desde las 6 pm hasta las 11 pm, todo porque a algún cajero le falto 20 soles, y tenían que aparecer si o si ya que el gerente de la agencia era nuevo y es exigente en no dejar pasar estas cosas, ya me conocía de memoria que día venia el carro de seguridad para retirar dinero del banco, ya me había acostumbrado a que me miraran mal los policías y seguridades de cada banco, y es que era raro ver a una sola persona sentada afuera de un banco cerrado, alguna que otra vez se me acercaba alguno a preguntar y yo tenía que responder «estoy esperando a mi enamorada, aun no sale …», ta que roche me daría ahora, pero en ese momento no me importaba estar congelándome afuera (era Octubre), a veces creo me echaba en lo que parecía una banca, pero mas era el borde de concreto de un cerco de árbol que adornaba el Centro Bancario, a veces me acercaba a la puerta de vidrio de la agencia para ver a mi pareja, y con solo ver sus gestos ya entendía cual era la situación (el arqueo no cuadra). Pero no me importaba esperar, me sentía alegre y dichoso al verla salir, y regresar juntos en el mismo bus o combi a nuestras casas, esta era mi locura o podría llamarse mi etapa de locura.

LA ESPERA CON ROCHE
También me paso algo parecido con otra enamorada, esta vez ya sabiendo yo el drama de esperar solo en el frio de la noche me prepare esta vez, la esperaba afuera en carro, y es que en esa época manejaba yo un Hyundai Galloper bien bonito, pero siempre que llegaba a la empresa donde trabajaba mi enamorada no me dejaban entrar a la zona de estacionamiento, al comienzo si, pero luego me chotearon al borde de la avenida, aduciendo el de seguridad de que yo no era ni cliente, ni trabajador ni proveedor de esa empresa, yo normal, lo único malo era el roche de que todo el mundo te miraba al borde de una pista, bueno ahora me da roche pero en ese momento no me importaba, lo que si era loco que yo este mirando a cada persona que saliera por el portón de esa empresa, empresa en la cual yo antes había trabajado (meses antes), y ya luego me enteraría que internamente chismeaban con las típica frase de «José está esperando a Mirta», «Ja!, míralo a ese José espere y espere afuera …», bah!, me importaba un bledo, solo quería que saliera y luego la llevaba a su casa, a veces me quedaba hasta tarde en su casa conversando y de ahí regresar a mi casa, pero aquí no queda todo, el viaje de ida era desde el Aeropuerto hasta Zarate, y de ahí entre las 11 pm y medianoche a mi casa en Los Olivos, alguna vez lo han intentado?, el trafico a esa hora es horrible!, a veces llegaba 2 am a mi casa, pues tenía que pasar por Acho, Puente Trujillo, Zarumilla, Fiori y MegaPlaza, en cada uno de ellos el trafico avanzaba a paso de tortuga, y es que por amor eso ahora se ve tedioso pero en ese momento lo sientes como parte de ti, como el sacrificio indoloro y dulce de haber cumplido tu misión.

LA DECLARACIÓN GRABADA
Otra locura ya mas anterior a estas 2 que acabo de recordar, fue una en la que hice una grabación oculta dentro de un cassette de música new-age que le regale en ese momento a la que era mi amiga (luego sería mi enamorada), y en esta me la declaraba, pero ella no sabía que había esta grabación, por lo que me conto que estaba escuchando la música en su cuarto cuando de pronto tuvo que apagar su toca-cassette pues se escucho en toda la casa mi grabación, ja!.

ORACIONES DE AMOR CON CANCIONES
Una vez también recuerdo hice un mix de canciones en un cassette, pero use el nombre y secuencia de las canciones para formar oraciones de amor, algo asi: «Cada vez que digo Adios – Pienso en ti – y ahora  estoy -Temblando-. Pero no era sencillo para una época que todo era cassette, se imaginan cuadrar cada canción y buscarla entre otras decenas de cassettes?, pues ese era yo y mis locuras.

LA ROSA DOLOROSA
Hay locuras graciosas también, como la de una vez que tuve que comprar 2 Rosas a 2 vendedores diferentes, y es que estaba estacionado con una amiga en el Malecón de Miraflores cerca al Parque del Amor, y se me acerca un niño que vendía rosas, bueno le compre una pero hice que me la acercara por la abertura de la ventana casi cerrada pues en esa época eran conocidos los pirañitas que te robaban, luego de unos minutos se me acerca una niña ofreciendo rosas, y también se la compre, pero al querer subir rápido la ventana me apachurre el dedo, y es que la ventana era eléctrica, ah que dolor esa vez!, tuve que hacerme el machito y aguantármela para que mi amiga no se riera, de rato en rato me masajeaba mi dedito pues me dolía, ya en casa al día siguiente recordaría «con dolor» ese día, ja!

LAS PULSERAS RASTA
Hubo un tiempo que a una de mis enamoradas le dio por regalarme pulseras de esas que estaba de moda aquella vez, esas que les llaman ‘pulseras rasta’, pero yo las acepte solo por tratarse de ella, y es que en si no me gustaban, no por lo que son sino mas bien porque no me gusta ponerme adornitos en el cuerpo, pero bueno empecé a usarlas y se me perdían, ya que al no estar acostumbrado se me caían o me las olvidaba en cualquier sitio, pero terca mi enamorada me compraba otra y otra, esta es la locura de ella, incluso una vez me regalo una pulsera de oro, pero esa si solo la usaba en momentos especiales, ya al final de la relación lo gracioso es que me pidió se la devolviera, o creo yo se la devolví no se, esta fue la locura de desamor, ja!

NUESTROS HIJOS LOS PELUCHES.
Esta es la locura común de todos, y es la de ponerle nombres a los peluches que regalamos y nombrarlos nuestros hijos, a modo de sentirnos preparados para el futuro, o quien sabe a modo de ilusionarnos con la futura encamada, je!, y si pues, como 20 peluches habré regalado entre todas mis enamoradas, a c/u le ponía nombres como: Pepin, Pepon, Pirulina, Pirulin, Gordo, Flaco, Pato Pepe (este fue porque el peluche era del Pato Lucas, no por lo que piensan :P), y asi …

LA LOCURA DE SANGRE.
Esta si que sería la locura mas grande, pero no se realizo, y fue que una vez hablando de misticismos, pactos, amores eternos y esas cosas con mi anterior pareja, pues a modo de juntar nuestro amor por la eternidad le propuse hacer un pacto de amor, específicamente un pacto de sangre, le explique que teníamos que cortarnos con el mismo cuchillo en la mano y juntar nuestras sangres haciéndonos una cruz en cada mano, la idea estuvo rodando nuestras cabezas, ella era la más ilusionada pero yo luego pensé que no sería una buena idea, desde esa época siempre creí en reservar parte del amor para mi mismo y así fue que le dije que ya no quería hacer eso, creo la desilusione pues desde ese momento empezó a decaer la relación, otra locura de desamor.

Recordar es bonito, se queda en una parte especial del corazón, y si son locuras de amor pues no tengo ningún temor en contarlas, es mas, me gustaría recordar algunas otras pero están tan guardaditas que hasta de mi se ocultan y solo aparecen mismo archivo perdido en momentos especiales, en situaciones de nostalgia, o cuando pasamos por ese sitio que nos trae recuerdos, o a veces, cuando empezamos una nueva relación y comparamos, es inevitable.