Hoy me dio unas ganas irrechazables de comer un Seco de Cabrito con Frejoles, yendo en contra de mi Medico que me recomienda mas Omega 3, pero mas podía mis ganas por ese plato tan rico del Norte de Perú, y recordé cerca a mi casa hay un conocido restaurant norteño «Los Algarrobos del Norte», …
… y ahí fui, con mi resaca, con mi alergia que me pone tupida la nariz, y aunque al comienzo pensé ir en Bicicleta pues luego cambie de idea, ya que si algo me pasa y me encuentran más de 5% de alcohol pues no valdrá mi Seguro de Vida ….
Ya llegando en Mototaxi (lo cual creo transgredía igual las letras chiquitas de mi seguro), me arrepiento de no haber llevado mis audífonos, no para escuchar música, no para responder llamadas, sino para más que nada para taparme las orejas, ya que tremenda bullota que hace la Orquesta ahí dentro de ese rest, tanto así que me pare un rato en la esquina arrepintiéndome y no entendiendo como puede haber gente que come y se rompe los tímpanos de paso, me parece un martirio, y no lo digo por el tipo de música, no estoy en contra de eso, sino que la ponen a tal volumen que es insoportable, y para colmo hay mesas con todo un familión, harta cerveza, que solo se miran las caras, comen (tragan?) y toman y toman, pero no creo conversen, o si?, ah corrección! «tratan de conversar», ya que con tal bullota no se habla, se grita!, aunque claro al abrir tanto sus bocas entiendo que podrían tener una mejor digestión.
Ya dentro busco la mesa más alejada posible, algo conseguí, al menos algo apacigua el ruido, y ya servido mi Seco me olvido de todo y me felicito por haber ido ahí, realmente estuvo riquísimo ese Seco, acompañado de mi Inca Kola y recordé cuando chatee una vez con un amigo del Colegio que llego a parar a EE.UU, y en unas de esas conversaciones hablamos de lo que el extrañaba, y justo decía era la comida peruana, yo le sacaba cachita y le decía que justo ese día probé esto y aquello, y recuerdo una de sus palabras «no me tortures», ja!, por eso creo hay cosas por las que es bonito vivir y disfrutar en vida, así como vivir en el Perú y no huir a pasear perros para los gringos.